Instalación y performance con sillas y cuerdas (Ts2-3)
- Marina Lillo García
- 14 sept 2019
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 22 nov 2019
(Ts2)
A pesar de buscar por mi pueblo y varios puntos de Madrid, no tuve suerte y no encontré ninguna silla. Sin embargo, preguntando por ahí, un par de amigos me cedieron sillas que estaban pensando tirar. Mis compañeros de equipo (las granadas mágicas), trajeron también sus sillas y una cuerda.
El jueves empezamos a investigar la relación entre nuestros cuerpos y las sillas y montar la instalación. Nos colocamos entre dos árboles, delante de una plataforma de hormigón. Decidimos utilizar la imagen de encuadre que el escenario aportaba a nuestro trabajo. Al principio no entendimos muy bien el ejercicio y formamos una escultura de sillas que aunque era geométricamente agradable, era demasiado estática, y podíamos interactuar con ella más bien poco. A pesar de eso, la malla de cuerda que creamos con los dos árboles nos pareció muy interesante.
(Ts3)
Trabajamos para que algunos de los elementos de la instalación fueran desmontables y para que la apariencia de mazacote de las sillas centrales se contrarrestase pudiendo oscilar y moverse de un lado a otro con un solo punto de apoyo. Al final creo que logramos mejorarlo, creando apoyos y relaciones con las sillas y demás elementos más reales, escuchando a nuestros compañeros, creando ritmos para dilatar y contraer el tiempo... La verdad es que me lo pasé muy bien al final jugando con las distintas formas que habíamos creado.
Esta sería la secuencia de los momentos clave de la performance:
Lo siguiente era representar nuestra instalación sobre una tela de retor de 3x4m, no sin antes marcar bien las lineas de maestras que viéramos desde la perspectiva que habíamos elegido. Poner las láminas de todos en común y decidir cómo lo plasmaríamos en la tela.

Empezamos a ver bien cuales eran los puntos de tensión importantes y las líneas que más debíamos marcar. Al principio estaba un poco mareada pero poco a poco se me fue pasando y me fui animando. Establecíamos las lineas con la cuerda y las trasladábamos a la tela para luego meterla en pintura aguada, tensarla sobre nuestro lienzo y darle varios tirones en el centro para que soltara el pigmento.
Utilizamos negro, siena y marrón oscuro, eran pinturas muy viejas que tenía en casa así que costó bastante que se disolvieran en agua. Según la importancia de las lineas maestras, las pintábamos con un color u otro, con cuerda directamente o con brocha utilizando la cuerda como regla.
Al principio íbamos muy lentos y fuimos super poco productivos pero hacia el final de la clase estábamos todos trabajando a la vez, unos midiendo, otros mirando el encuadre, unos tensando, otros estirando, otros pintando, otros preparando pintura o sumergiendo la tela en ella...
El único problema es que no estábamos muy coordinados y a veces las cuerdas se superponían o se enredaban, o corriendo de un lado para otro tirábamos al suelo los vasos con la pintura.
Al día siguiente terminamos de marcar todas las líneas necesarias y después nos pusimos a trazar las rectas de las sillas para que formaran parte de esa red de cuerdas.
Primero las de detrás con tonos más suaves y luego las rectas de delante con tonos más oscuros y más gruesos las de mayor peso visual.
La liamos un poco con las proporciones la verdad, para el próximo ejercicio intentaremos comprender cómo se relacionan los elementos de una forma más atenta y consciente.
De todas maneras, nos gustó bastante el resultado


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